Autonomía y toma de decisiones por
parte
del residente o la persona usuaria
En las residencias suelen ser muy rigurosas en el cumplimiento de las normas
–que a menudo han inventado ellos mismos—, sobre todo en las que son de
convivencia llegando a limitar la autonomía de las personas, confundiendo las
limitaciones de cada cual con algo que deberían aprender para hacer más grato su servicio confundiendo limitaciones
con servicio. Si admitimos estas limitaciones de buen grado, ampliaremos así las
oportunidades que tienen todos los diferentes discapacitados y diversificaremos
los cauces disponibles para que las personas puedan hacer uso de sus derechos y
libertades, y un pleno uso de nuestros recursos y, sobre todo, de los recursos
humanos.
Se hace necesario promocionar la
autonomía de los residentes, y ello obliga a las direcciones de residencia a
revisar su forma de trabajar con los
residentes para que sea compatible con el empoderamiento tanto en la residencia como fuera de
ella
Esta buena práctica por parte de
la residencia –que debería existir, pero no existe— debe buscar aumentar el interés
y compromiso en la buena utilización de los derechos de las personas con
discapacidad y su relación –claramente mejorable— con ellos.
Hay que diseñar un mecanismo de
lógica y sentido común creando o diseñando oportunidades para que cada persona
pueda, en la medida de sus capacidades y deseos. Así, por ejemplo,
1. elegir entre varias
alternativas, opciones o propuestas;
2. planificar y realizar alguna
actividad individual;
3. colaborar en estructuras de
participación grupal (más o menos formales) aportando su punto de vista;
Independientemente del grado de
apoyo o ayuda o de su situación de dependencia y/o heterónoma, es
imprescindible reconocer y hacer posible el ejercicio de derechos de todas las personas
usuarias de los Servicios residenciales. Ello supone darles oportunidades de
desarrollo personal y de empoderamiento
(partiendo siempre de sus
características –dimensiones de capacidad personal– y deseos) y definiendo la
jerarquía de necesidades de todos las personas con diversidad funcional.
Jesús Córdoba García
Humillados y ofendidos residentes
El yo de la persona es lo ultimo que se pierde, es lo que define a la persona este principio es lo que intentan anular las residencias a traves de sus dirigentes
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