LA PRIMERA PARTE VA EN LUGAR DE LA
SEGUNDA PARTE,
Y
LA SEGUNDA SE ESFUMA EN ARAS DEL MALDITO EURO
En
la comprobación por los miembros de Inspección del Servicio de Inspección y
Registro del departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat de
Cataluña de los hechos que motivaron nuestra queja, se anota en el séptimo
párrafo:
En la revisió dels menús programats no es
va observar que els primers plats hagin passat a ser segons.
Nos preguntamos qué menús eran esos:
si eran los 13 que dice tener la residencia –a buen recaudo, solo para
expertos— las inspectoras debieron quedar turulatas.
El inicio fue el 15 de febrero de 2011,
hace más de un año. Aunque, por no haber, no había ni una minima parte de los
firmantes de los autores de Humillados y
Ofendidos. Además, del mismo modo que se modificó el menú supuestamente
para hemodiálisis, cabe suponer que se modificara en parte los demás menús.
En cualquier caso, el 2 de noviembre de
2011 se implantó otra vez el menú severo. Sólo tenemos el menú supuestamente
para hemodiálisis, que fue tomado con prácticas de amanuense posmoderno.
Según ese cómputo, hubo segundos que eran
primeras en la comida del mediodía el 5 de noviembre de 2011, 17 de noviembre,
3 de diciembre, 22 de diciembre, 29 de diciembre, 31 de diciembre, 5 de enero
de 2012, 2 de febrero, 9 de febrero, 16 de febrero, 25 de febrero, 1 de marzo,
8 de marzo, 22 de marzo, 24 de marzo, 29 de marzo y 5 de abril. Diecisiete
veces… que yo lo he comido. Otras veces puede ser que no lo haya comido y, por
consiguiente, no lo he anotado. Si me lo han servido a mi, es evidente que lo
han servido a otros. ¿No consta así en los menús? Entonces se trataría de unos
dobles menús: los que se enseñan en la oficina y los que se pasan a la cocina.
¿Es esto lo que insinúan? No creo…
Para mí, y para otros, es un asunto
puramente de economía. Una miserable ensalada –que como es de tomate, no la
como— y una pasta o arroz sin nada:
¿cuánto dicen que pagan por ágape? Hay algunos residentes que salimos bastante
baratos.
La cuestión de los menús irrita a todos
los residentes. Una cosa es que unos protesten y otros tengan miedo. Pero el
repudio es unánime, como es unánime la responsabilidad por esta situación. El
problema es que ese repudio va hermanado con el miedo. Sabemos que la situación
es peor en algunas otras residencias, y esa conciencia acalla muchas bocas.
Pero el departamento de Bienestar y Familia tiene que escoger claramente su
bando: los residentes (con su miedo) o los miembros de la Junta Directiva (con
su conciencia de que van a salir siempre vencedores… y no es así).
No
debería ser así.
…pero yo sólo pase de ser escribiente,
pasante y meritorio.
Josep Torrell
Humillados y ofendidos
residentes de AFAP
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