(I) La primera denuncia
El
martes 20 de diciembre de 2011, diez residentes de AFAP presentamos un escrito
de denuncia a Inspección del departamento de Bienestar y Familia de la Generalidad
de Cataluña, con trece puntos de reclamación razonados.
Las fotocopias están reproducidas en
primer lugar, con el membrete de haberlo presentado. A continuación, aparece el
texto transcrito, para mayor facilidad de lectura, con los firmantes.
Humillados y ofendidos, residente de AFAP
Al
CAP del SERVICIO de INSPECCIÓN
del
departamento de
BENESTAR
I FAMÍLIA
Los abajo firmantes, miembros de la
Llar-residencia AFAP y de la Residencia Mª Teresa Serra, y domiciliados en la
sede de esta entidad, calle Manigua nº 66 de Barcelona (08027), queremos
exponer nuestro malestar y nuestra indignación ante la situación que sufrimos
con las comidas y con el clima enrarecido que se vive en el comedor y, más en
general, en la residencia.
PRIMERO.— El reglamento de régimen
interno de la Llar-residencia APAP establece en su artículo 3.5 que el servicio
incluye la comida de mediodía, pero algunos de los que han entrado en el año 2011
han de pagar un plus por menús, lo que es una clara contravención de lo
establecido en este régimen interno y una discriminación para los residentes
afectados.
SEGUNDO.— También son completamente
contrarios a derecho –y también al régimen interno— las puniciones que aplica
la directora, que consisten en impedir a los residentes comer en la residencia
durante un determinado número de días, negándoles la manutención, que es un
derecho fundamental contemplado por la ley de los servicios de acogimiento para
personas con discapacidad.
TERCERO.— Las dietas iniciadas el 15 de
febrero de 2011 se caracterizan por el paso de los primeros platos a segundos,
y colocando como primeros platos sopas, cremas y ensaladas. El resultado, es
que a las cuatro de la tarde se tiene hambre.
CUARTO.— Todas las dietas tienen en común
la limitación drástica de pan: dos trocitos para la comida y la cena. Eso no
basta, por ejemplo, para mojar pan con un huevo frito. Si hay pan en el menú
(pan con algo, bikinis, pizzas, etcétera), entonces no se sirve nada pan,…
aunque haya quienes no coman ese menú.
Junto a esta norma, se ha aplicado
otra que prohíbe dar o recibir un alimento de un residente, aunque no
contravenga la dieta del receptor. Estas dos medidas fueron habían sido aplicadas
hasta 1984, y determinaron la fulminante destitución por Bienestar y Familia de
la entonces directora. Sin embargo, sigue aún en la junta directiva de la
entidad.
QUINTO.— También es común a todas las
dietas su falta de variación, su ausencia de equilibro dietético y su carácter
altamente repetitivo, que pone en peligro la alimentación de los residentes que
han pedido dieta por indicación
médica.
SEXTO.— Como dieta para hemodiálisis se
hizo pasar una dieta hipocalórica extremadamente dura, que hizo perder al
paciente un kilo por día. A pesar de las correcciones de la técnico sanitaria
Nuria López, la dieta hipocalórica era abusivamente rica en potasio, y el
paciente, desde el 16 de abril, está tomando para paliarlo ese aumento de
potasio «Renagel» (en la actualidad, seis pastillas). La sustitución de una
dieta baja en potasio por una dieta hipocalórica rica en potasio conlleva un
riesgo inminente de prejuicio grave para el residente según la ley 16/1986.
SÉPTIMO.— Las dietas hipocalóricas implantadas
tuvieron carácter de castigo, según ha contado una cocinera. Los alimentos se
suelen cocinar a la plancha, desatendiendo otras muchas de cocinar y de dar
variedad a un mismo alimento. Se ha impedido repetir verdura con falsas razones
dietéticas, cuando todos los regimenes permiten comer verduras a discreción. Y
se ha jugado con conceptos como «1.600 calorías» o «dieta hipocalórica», cuando
los dos representan lo mismo, con lo que el residente se encontró teniendo que
ir al CAP para conseguir que le hiciera lo
mismo que ya tenía pautado).
OCTAVO.— El desprecio de la dirección por
las órdenes escritas ha dado pie a la más pura impunidad y discrecionalidad en
su aplicación. Un caso claro de normativa variable fue la repetición de la
comida. Era un rasgo normal de la residencia poder repetir. La directora
estableció la prohibición de repetir. Poco después, se dijo que la norma sólo
permitía repetir después de haberlo
comido todo (primero y segundo plato). Después se fijó sólo la prohibición de
repetir a los residentes con dieta. Y luego, la norma de que unos pueden
repetir y otros no, sin un criterio demasiado claro.
NOVENO.— Todas las dietas son facultad
exclusiva de la dirección, siendo un caso extremo el de la intervención en la
del residente con hemodiálisis de la técnico sanitaria Nuria López, despedida
el día 27 de junio de 2011.
DÉCIMO.— A medida que iban surgiendo estos
problemas, la actitud de las cocineras y de las «cuidadoras» en el comedor ha
sido totalmente contraria a derecho. La respuesta indebida, las contestaciones
groseras o el tratar a gritos a los que
se dejan, hacen que algún personal de la residencia más parezcan feroces
policías, que personal que tiene por misión cuidar a ciudadanos en plenitud de
sus derechos.
UNDÉCIMO.— La llar-residencia tiene como
servicio básico el fomento del ocio y el tiempo libre de los residentes, según
la ley 318/2006, pero la directora ha utilizado una normativa aleatoria (el
horario de comida), para forzar a algunos de los residentes a escoger entre sus
actividades y el quedarse sin cena. Desde hace cuatro años los residentes sólo
pueden participar en las actividades normales para sus capacidades a criterio
de la directora (que, sin embargo, atribuye esta decisión a las cuidadoras).
Esto se ha convertido en una medida claramente discriminatoria cuando a otros
residentes se les ha permitido salir en las horas de comida (guardándosela) e
incluso ha organizado actos en esas horas. Velar por el cumplimiento de la
normativa vigente en materia de servicios sociales implica acabar con la
violación de una norma postulada como servicio básico por la ley reguladora de la acogida
residencial de personas con discapacidad.
DUODÉCIMO.— También en relación con el
comedor, está la norma de presentarse antes de los cinco minutos so pena de
perder el primer plano (y quince minutos para perder toda la comida). Esta
penalización se aplica discriminatoriamente, y a veces incluso (se intenta) a
residentes que acuden a tiempo. Esta norma abusiva fue denunciada el 4 de marzo
de los corrientes, sin que esta inspección considerara necesario intervenir.
Pero el miedo a perder el primer o incluso el segundo plato por, por ejemplo,
el retraso del ascensor –ciertamente insuficiente para más de treinta personas que viven en el
edificio—o por haber olvidado algo, convierte las horas del comedor en momentos
de angustia y apresuramiento que no favorecen en nada el clima de convivencia
(que se proclama propiciar) y provocan el malestar entre los residentes (que
puede evitarse con la norma precedente de un cuarto de hora, más las
excepciones de rigor). Esta norma se puede suprimir tanto más cuanto ahora, con
la creación de un comedor en la planta segunda, no hay ninguna razón para ese
apresuramiento.
DÉCIMOTERCERO.— La dirección ha negado
todos estos extremos recurriendo siempre a la negativa y a la mentira frente
una realidad vista a diario, lo que solivianta los ánimos y fomenta la
desconfianza respecto a la dirección del centro y a los servicios residenciales
en general.
Por todo ello, PEDIMOS A BENESTAR I FAMÍLIA
— que tenga en cuenta
nuestra petición razonada y actúe como
corresponde a la ley a través del personal inspector de este departamento;
— que
se garantice el libre ejercicio de los derechos humanos que defiende la Constitución
española, así como la declaración de los derechos de las personas con
discapacidad, declarada por la ONU y firmada por el estado español;
—
se
sirva para poner fin a las causas de este malestar;
—
garantice
el funcionamiento democrático del centro,
—
y
tenga bajo vigilancia la residencia para velar por el normal funcionamiento de
la misma.
En Barcelona, 19 de diciembre 2011.
Rafael Almadana, Vincenç Andreu, Carles
Armengol Carné, Francisco J. Arranz, Mafoud Bela,
José Luis Casado, Jesús Córdoba,
Mulay Driss, Francisco Rodríguez y Josep Torrell
Veo que tu principal sufrimiento viene producido por el hambre.... un calvario seguro comparable a la desnutricion caracteristica de paises en subdesarrollo. Leo muchas quejas pero me gustaria preguntaros que aportais a la sociedad aparte de conformidad y comodidad en una vida absenta de obligaciones. Ampararse en una discapacidad para mantener una vida parasitaria en el mayor numero de casos es una manera covarde y vacia de vivir la vida.
ResponderEliminarNo es sólo el hambre, es el sentirte mancillado.
ResponderEliminarPor lo demás, es muy díficil responderte cuando hablas de "vida absenta de obligaciones". Hay tres o cuatro que van a un taller. Otro que va tres días a diálisis. Etcétera. De todas formas me parece peligroso esto de "absenta de obligaciones". En el mismo Servicio residencial hay muchos casos en que "absenta de obligaciones" carece totalmente de sentido.
Quizá deberías acercarte un poco a una residencia, ver la complejidad de casos que conviven en un mismo techo, y quizá entonces comprenderías que muchas de nuestras palabras, a veces, tienen un significado vano.
"Una manera cobarde y vacía de vivir la vida" es una vida que nos es ajena. El día antes de que entraramos aqui, el día del accidente o el día que se detecto la enfermedad, nos dejaron hundidos y sin fuerza. Intentar aprovechar todo lo que podamos vivir, no es cobarde. Es el esfuerzo por una vida que, a pesar de todo, tenga algún sentido.
En todo caso, gracias. HUMILLADO Y OFENDIDO.
Parece que el señor anonimo no ha leido todas las quejas que hacen los residentes, la comida puede ser importate por el ahorro que les da a la residencia y el caterin no solo en esta residencia sino en casi todads.
ResponderEliminarLo cual señor anonimo es usted muy injusto talvez tiene algo que defender.