lunes, 9 de abril de 2012

LA RESIDENCIA, LA INSPECCIÓN Y NOSOTROS



(I) La primera denuncia


El martes 20 de diciembre de 2011, diez residentes de AFAP presentamos un escrito de denuncia a Inspección del departamento de Bienestar y Familia de la Generalidad de Cataluña, con trece puntos de reclamación razonados.
            Las fotocopias están reproducidas en primer lugar, con el membrete de haberlo presentado. A continuación, aparece el texto transcrito, para mayor facilidad de lectura, con los firmantes.

Humillados y ofendidos, residente de AFAP











Al CAP del SERVICIO de INSPECCIÓN
del departamento de
BENESTAR I FAMÍLIA



Los abajo firmantes, miembros de la Llar-residencia AFAP y de la Residencia Mª Teresa Serra, y domiciliados en la sede de esta entidad, calle Manigua nº 66 de Barcelona (08027), queremos exponer nuestro malestar y nuestra indignación ante la situación que sufrimos con las comidas y con el clima enrarecido que se vive en el comedor y, más en general, en la residencia.

PRIMERO.— El reglamento de régimen interno de la Llar-residencia APAP establece en su artículo 3.5 que el servicio incluye la comida de mediodía, pero algunos de los que han entrado en el año 2011 han de pagar un plus por menús, lo que es una clara contravención de lo establecido en este régimen interno y una discriminación para los residentes afectados.

SEGUNDO.— También son completamente contrarios a derecho –y también al régimen interno— las puniciones que aplica la directora, que consisten en impedir a los residentes comer en la residencia durante un determinado número de días, negándoles la manutención, que es un derecho fundamental contemplado por la ley de los servicios de acogimiento para personas con discapacidad.

TERCERO.— Las dietas iniciadas el 15 de febrero de 2011 se caracterizan por el paso de los primeros platos a segundos, y colocando como primeros platos sopas, cremas y ensaladas. El resultado, es que a las cuatro de la tarde se tiene hambre. 
           
CUARTO.— Todas las dietas tienen en común la limitación drástica de pan: dos trocitos para la comida y la cena. Eso no basta, por ejemplo, para mojar pan con un huevo frito. Si hay pan en el menú (pan con algo, bikinis, pizzas, etcétera), entonces no se sirve nada pan,… aunque haya quienes no coman ese menú.
            Junto a esta norma, se ha aplicado otra que prohíbe dar o recibir un alimento de un residente, aunque no contravenga la dieta del receptor. Estas dos medidas fueron habían sido aplicadas hasta 1984, y determinaron la fulminante destitución por Bienestar y Familia de la entonces directora. Sin embargo, sigue aún en la junta directiva de la entidad.

QUINTO.— También es común a todas las dietas su falta de variación, su ausencia de equilibro dietético y su carácter altamente repetitivo, que pone en peligro la alimentación de los residentes que han  pedido dieta por indicación médica.  

SEXTO.— Como dieta para hemodiálisis se hizo pasar una dieta hipocalórica extremadamente dura, que hizo perder al paciente un kilo por día. A pesar de las correcciones de la técnico sanitaria Nuria López, la dieta hipocalórica era abusivamente rica en potasio, y el paciente, desde el 16 de abril, está tomando para paliarlo ese aumento de potasio «Renagel» (en la actualidad, seis pastillas). La sustitución de una dieta baja en potasio por una dieta hipocalórica rica en potasio conlleva un riesgo inminente de prejuicio grave para el residente según la ley 16/1986.
           
SÉPTIMO.— Las dietas hipocalóricas implantadas tuvieron carácter de castigo, según ha contado una cocinera. Los alimentos se suelen cocinar a la plancha, desatendiendo otras muchas de cocinar y de dar variedad a un mismo alimento. Se ha impedido repetir verdura con falsas razones dietéticas, cuando todos los regimenes permiten comer verduras a discreción. Y se ha jugado con conceptos como «1.600 calorías» o «dieta hipocalórica», cuando los dos representan lo mismo, con lo que el residente se encontró teniendo que ir al CAP para conseguir que le hiciera lo mismo que ya tenía pautado).

OCTAVO.— El desprecio de la dirección por las órdenes escritas ha dado pie a la más pura impunidad y discrecionalidad en su aplicación. Un caso claro de normativa variable fue la repetición de la comida. Era un rasgo normal de la residencia poder repetir. La directora estableció la prohibición de repetir. Poco después, se dijo que la norma sólo permitía repetir después de haberlo comido todo (primero y segundo plato). Después se fijó sólo la prohibición de repetir a los residentes con dieta. Y luego, la norma de que unos pueden repetir y otros no, sin un criterio demasiado claro. 

NOVENO.— Todas las dietas son facultad exclusiva de la dirección, siendo un caso extremo el de la intervención en la del residente con hemodiálisis de la técnico sanitaria Nuria López, despedida el día 27 de junio de 2011. 
           
DÉCIMO.— A medida que iban surgiendo estos problemas, la actitud de las cocineras y de las «cuidadoras» en el comedor ha sido totalmente contraria a derecho. La respuesta indebida, las contestaciones groseras o  el tratar a gritos a los que se dejan, hacen que algún personal de la residencia más parezcan feroces policías, que personal que tiene por misión cuidar a ciudadanos en plenitud de sus derechos. 

UNDÉCIMO.— La llar-residencia tiene como servicio básico el fomento del ocio y el tiempo libre de los residentes, según la ley 318/2006, pero la directora ha utilizado una normativa aleatoria (el horario de comida), para forzar a algunos de los residentes a escoger entre sus actividades y el quedarse sin cena. Desde hace cuatro años los residentes sólo pueden participar en las actividades normales para sus capacidades a criterio de la directora (que, sin embargo, atribuye esta decisión a las cuidadoras). Esto se ha convertido en una medida claramente discriminatoria cuando a otros residentes se les ha permitido salir en las horas de comida (guardándosela) e incluso ha organizado actos en esas horas. Velar por el cumplimiento de la normativa vigente en materia de servicios sociales implica acabar con la violación de una norma postulada como servicio básico  por la ley reguladora de la acogida residencial de personas con discapacidad.

DUODÉCIMO.— También en relación con el comedor, está la norma de presentarse antes de los cinco minutos so pena de perder el primer plano (y quince minutos para perder toda la comida). Esta penalización se aplica discriminatoriamente, y a veces incluso (se intenta) a residentes que acuden a tiempo. Esta norma abusiva fue denunciada el 4 de marzo de los corrientes, sin que esta inspección considerara necesario intervenir. Pero el miedo a perder el primer o incluso el segundo plato por, por ejemplo, el retraso del ascensor –ciertamente insuficiente para  más de treinta personas que viven en el edificio—o por haber olvidado algo, convierte las horas del comedor en momentos de angustia y apresuramiento que no favorecen en nada el clima de convivencia (que se proclama propiciar) y provocan el malestar entre los residentes (que puede evitarse con la norma precedente de un cuarto de hora, más las excepciones de rigor). Esta norma se puede suprimir tanto más cuanto ahora, con la creación de un comedor en la planta segunda, no hay ninguna razón para ese apresuramiento.
           
DÉCIMOTERCERO.— La dirección ha negado todos estos extremos recurriendo siempre a la negativa y a la mentira frente una realidad vista a diario, lo que solivianta los ánimos y fomenta la desconfianza respecto a la dirección del centro y a los servicios residenciales en general.

Por todo ello, PEDIMOS A BENESTAR  I FAMÍLIA

— que tenga en cuenta nuestra petición razonada y actúe como  corresponde a la ley a través del personal inspector de este departamento;
que se garantice el libre ejercicio de los derechos humanos que defiende la Constitución española, así como la declaración de los derechos de las personas con discapacidad, declarada por la ONU y firmada por el estado español;
     se sirva para poner fin a las causas de este malestar;
     garantice el funcionamiento democrático del centro,
     y tenga bajo vigilancia la residencia para velar por el normal funcionamiento de la misma. 

En Barcelona, 19 de diciembre 2011.

Rafael Almadana, Vincenç Andreu, Carles Armengol Carné, Francisco J. Arranz, Mafoud Bela, José Luis Casado, Jesús Córdoba, Mulay Driss, Francisco Rodríguez y Josep Torrell


3 comentarios:

  1. Veo que tu principal sufrimiento viene producido por el hambre.... un calvario seguro comparable a la desnutricion caracteristica de paises en subdesarrollo. Leo muchas quejas pero me gustaria preguntaros que aportais a la sociedad aparte de conformidad y comodidad en una vida absenta de obligaciones. Ampararse en una discapacidad para mantener una vida parasitaria en el mayor numero de casos es una manera covarde y vacia de vivir la vida.

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  2. No es sólo el hambre, es el sentirte mancillado.
    Por lo demás, es muy díficil responderte cuando hablas de "vida absenta de obligaciones". Hay tres o cuatro que van a un taller. Otro que va tres días a diálisis. Etcétera. De todas formas me parece peligroso esto de "absenta de obligaciones". En el mismo Servicio residencial hay muchos casos en que "absenta de obligaciones" carece totalmente de sentido.
    Quizá deberías acercarte un poco a una residencia, ver la complejidad de casos que conviven en un mismo techo, y quizá entonces comprenderías que muchas de nuestras palabras, a veces, tienen un significado vano.
    "Una manera cobarde y vacía de vivir la vida" es una vida que nos es ajena. El día antes de que entraramos aqui, el día del accidente o el día que se detecto la enfermedad, nos dejaron hundidos y sin fuerza. Intentar aprovechar todo lo que podamos vivir, no es cobarde. Es el esfuerzo por una vida que, a pesar de todo, tenga algún sentido.
    En todo caso, gracias. HUMILLADO Y OFENDIDO.

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  3. Parece que el señor anonimo no ha leido todas las quejas que hacen los residentes, la comida puede ser importate por el ahorro que les da a la residencia y el caterin no solo en esta residencia sino en casi todads.
    Lo cual señor anonimo es usted muy injusto talvez tiene algo que defender.

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