Crónica de una confusión interesada
El
martes 20 de diciembre de 2011, diez residentes de AFAP presentamos un escrito
de denuncia a Inspección del departamento de Bienestar y Familia de la
Generalidad de Cataluña, con trece puntos de reclamación razonados.
El martes 3 de enero de 2012, ocho
residentes presentamos un segundo papel, ampliando la demanda.
El viernes 3 de febrero de 2012 –que
terminó de ser entregada el 15 de marzo de 2015—, se nos entregó una carta de
31 de enero firmada por el presidente de AFAP, sin membrete, y estando presente
la Directora Técnica del Centro. Pese a decir que «restem a la espera que
siguin ells [la inspección] qui ens responguin», la carta parecía dudosamente legal
en, por lo menos, dos puntos.
El martes 13 de marzo se nos comunico la
resolución de Inspección. De entrada, parecía algo sumamente complicado.
Quedamos en estudiarlo atentamente, aunque había tres logros evidentes: las
sanciones tienen que adecuarse al régimen interno; no se pueden cobrar un plus
de comida además del contrato; y la única que tiene poder para las dietas son
el médico, la enfermera del centro y la directa (y nadie más).
El miércoles 21 de marzo de 2012 la
Directora Técnica del Centre interpeló a cuatro residentes reclamándoles el
fallo de Inspección de Bienestar y Familia, acusando a uno de ellos de
esconderla. La Directora Técnica del Centre aseguro que AFAP no tenía ninguna notificación de Bienestar. Consultadas
fuentes de la abogacía (y de Bienestar y Familia), coincidieron en que si AFAP
quería la carta, tenía que dirigirse al
departamento de Bienestar, no a los
residentes.
El mismo día, la Directora Técnica del
Centro interpeló a otro residente que tenía la carta en su poner (era el primer
firmante), el cual le notificó que la carta era para los residentes, y en ella ponía claramente que había sido
comunicada a AFAP.
El jueves 22 de marzo de la Secretaria
Técnica del Centro volvió a dirigirse al primer firmante, pidiéndole la carta,
porque ellos (AFAP) no tenían ninguna.
El primer firmante se negó.
El viernes 23, el primer firmante entrego
una carta, en la que manifestó no tener ningún problema para entregar la carta,
siempre que la pidiese el Presidente de la Entidad.
El mismo día 23 se distribuyó una hoja a
los firmantes –pero no a todos—en la que informa de nuevo de no tener noticia de la carta de Inspección. El
jueves día 29, la Secretaría Técnica del Centro volvió a preguntarle a uno de
los residentes por la carta (y acusando a otro de tenerla).
El lunes 26 de marzo, los residentes llamaron
a Inspección y hablaron con la directora de Inspección Yolanda Martín, que
aseguró que AFAP tenía la carta en su poder, que ha apelado y que está
negociando con los inspectores cómo aplicar el fallo.
Esperaremos, por supuesto. Aunque tenemos
la viva impresión de que alguien ha
estado faltando a la verdad y presionando a los residentes ilegalmente.
Josep
Torrell
Humillados
y ofendidos, residentes de AFAP